lunes, 20 de mayo de 2013

EL ACTUADOR

Un actuador que funcione mediante la energía que libera el cemento expansivo: esa es una solución para los contenedores AFF.


Ilustración: elaboración propia.



1. Los contenedores AFF no se hunden porque su propia carga se lo impide.

2. Hace falta que la carga salga del contenedor, y para ello el contenedor debe abrirse automáticamente si cae al agua. Lógicamente, si no cae al agua, el contenedor debe permanecer indemne.

3. Para que se produzca esa apertura del contenedor hace falta:

   - un mecanismo;
   - una fuente de energía que mueva el mecanismo;
   - y un disparador.

4. También es preciso que el contenedor esté diseñado  para que, por lo menos, una de las paredes pueda ser desprendida mediante este sistema.

5. Una cantidad de cemento expansivo se dispone dentro de un recipiente de presión.

6. Si se da la circunstancia de que el contenedor ha caído al mar, una válvula hidrostática permite que entre agua al recipiente de presión.

7. El agua entra al recipiente y se mezcla con el cemento expansivo: en un breve plazo el cemento fragua y genera en el recipiente una presión de hasta 9.000 toneledas por m2, o lo que es lo mismo, 900 kg/cm2.

8. Esa presión es más que suficiente para producir el movimiento de un "actuador", que liberará las bisagras, pestillos, bulones, o lo que mantenga firme el elemento "desprendible" del contenedor.

9. Una parte del contenedor se desprende, el contenedor se abre y deja salir la carga flotante. Ya no tiene flotabilidad y se hunde.

10. Los mecanismos o actuadores que remueven las sujeciones del panel desprendible, pueden tener un diseño muy sencillo. Se trata de remover, por ejemplo, unos pasadores que cosen el panel al contenedor: los ingenieros seguro que saben diseñar algo sencillo y eficaz.

11. La fuente de energía es sencilla a más no poder: cemento, que si se mezcla con agua libera una gran energía. Además es infalible y sin mantenimiento. Siempre que mezcles cemento y agua, el cemento va a fraguar. No falla.

12. El disparador lo constituye el agua, simplemente el agua. No hacen falta detectores de agua, ni software, ni chips. Si entra agua al recipiente de presión, el sistema se pone en marcha. Y como se prevé que también estos contenedores estén equipados con las mismas entradas de agua y salidas de aire que llevarían los contenedores AFS, podemos estar seguros de que si el contenedor AFF cae al agua... entrará agua en el contenedor.

13. Tal vez ese agua que inunde el contenedor no será capaz de hundirlo (partimos de la base de que la carga que lleva impide el hundimiento), pero lo que sí hará es entrar en el recipiente de presión y activar es sistema de desmantelamiento del contenedor.

14. Sistema barato, seguro y eficaz.

Si aplicáramos estas medidas a los contenedores, al final tendríamos unos contenedores seguros. Unos contenedores que, si caen al mar, sabríamos que no quedarían flotando, que no causarían accidentes a los barcos que navegan, que serían una preocupación menos en la cabeza de quien esté de guardia en cubierta.

Hay soluciones.

Como en tantas cosas, sólo falta la voluntad de aplicarlas.

Y para eso este blog: para pedir que los contenedores marítimos cambien.




domingo, 12 de mayo de 2013

CEMENTO EXPANSIVO

No basta con buscar una solución a los contenedores que he denominado AFS (Auto Flooding = Sinking). En los contenedores AFS es suficiente con disponer unas entradas de agua y unas salidas de aire, para que se hundan rápidamente una vez han caido al mar.

¿Pero qué se puede hacer con aquellos contenedores que una vez se han inundado no son capaces hundirse?

Pues a estos contenedores AFF  (Auto Flooding = Floating) hay que ayudarles con otros sistemas suplementarios. Son contenedores en los que pueden concurrir una o dos de estas circunstancias:

- Que lleven carga de alta flotabilidad. Es decir, que lo que transporte el contenedor sea madera, corcho, pelotas, o bien artículos embalados con porexpán ("corcho blanco"). Este contenido hace que aunque el contenedor se inunde, no llegue a hundirse, ya que la carga hace de "flotador".

- Que el contenedor sea refrigerado, y esté formado por paneles aislantes de baja densidad, que ejercen el mismo efecto de "flotador".

Los sistemas suplementarios pueden ser aquellos que facilitan la salida al exterior de la carga responsable de la flotabilidad.

¿Y cómo sale la carga? Pues bien, o sale por la puerta o sale por otra parte. Pero en cualquier caso hay que procurar que el contenedor "se abra".

Bueno, pues tampoco parece tan difícil ¿no? Creo que hacer que una puerta o similar se abra si el contenedor ha caído al mar, está al alcance de la tecnología actual.

Lo que pasa es que ese sistema tiene que ser:

- Económico

- Fiable

ECONOMICO

Bastante difícil es conseguir que cambie una inercia de 60 años. Pero si el cambio significa que se encarece el producto... Entonces ese cambio está destinado al fracaso. Así que el sistema no puede estar constituido por una puerta motorizada, alimentada por unas baterías que se recargan mediante un panel fotovoltaico, y activada mediante unos sensores que transmiten a una CPU la circunstancia de que el contenedor ha caído al mar, etc, etc.
Disponer en millones y millones de contenedores algo así costaría un dineral que nadie va a querer asumir.

FIABLE

El sistema que propicie la salida de la mercancía flotante ha de ser fiable. Es decir: ha de funcionar sí o sí. Y estamos hablando de unos contenedores sujetos a muchas inclemencias, traslados, cargas y descargas. El sistema ha de ser fiable, porque debe estar basado en un funcionamiento sencillo y eficaz. Debe ser simple.

Está claro que si queremos que "algo" se "mueva" en un contenedor, vamos a necesitar:

- Una parte movible

- Una fuente de energía

Es decir, tenemos que prever que una parte del contenedor esté diseñada para una "apertura de emergencia", y tenemos que pensar en una fuente de energía que sea capaz de provocar tal apertura, y que además sólo la provoque "cuando toque": cuando el contenedor esté flotando en la mar.

Pues bien, mi propuesta se llama "cemento expansivo".



¿CEMENTO EXPANSIVO?

Sí. Eso es: cemento expansivo.

El cemento expansivo es una fuente de energía que puede desarrollar una enorme presión en un momento muy determinado y predecible. Y cumple con las condiciones de ser "económico" y "fiable".

Económico. Uno o dos kilos de cemento expansivo no deberían de costar más de unos pocos euros. El "recipiente de presión" de acero tampoco debe costar más allá de unos cuantos euros. Prever un panel de apertura de emergencia en el contenedor, sujeto por unos pasadores... no debería encarecer excesivamente el contenedor.

Fiable. Las reacciones térmicas o químicas son bastante fiables. Un motor de combustión es posible que falle. Una batería eléctrica puede descargarse. Pero si pones un cubito de hielo en un café recién echo, puedes tener la seguridad de que el cubito se descongelara muy rápidamente. Del mismo modo, si le echas agua al cemento expansivo, puedes tener la certeza de que el cemento se va a expandir, ejerciendo una presión que puede llegar a las 9.000 toneladas por m2.

El cemento expansivo puede ser una muy buena solución para los contenedores AFF. Otro día postearé cómo puede solucionar el problema de los AFF. Casi todo está ya dicho.








martes, 7 de mayo de 2013

PROBABILIDADES



Hay quien dice que como la probabilidad de que un contenedor caiga al mar es muy baja (estamos hablando de un 0,005%... o menos), y como la probabilidad de que que un barco impacte con un contenedor flotante es más baja todavía, pues que no tiene sentido todo esto.



Si realmente es tan improbable que un barco choque con un contenedor, ¿para qué gastar tiempo y dinero en prever tal circunstancia?

Pues sí. La verdad es que estos argumentos son demoledores. Es más fácil que te toque la lotería, que tengas un encuentro desagradable con un contenedor en alta mar.

El problema viene cuando -casualidades de la vida- un desafortunado navegante impacta con un contenedor a la deriva, se abre una gran vía de agua en su barco y en unos minutos se va a pique.

Si tiene suerte y le da tiempo a disparar la baliza de rescate, a montar la balsa salvavidas, a coger el macuto de contingencias y todo lo que pueda servirle, hoy día tiene buenas probabilidades de rescate.

Si está en medio de una tormenta, es de noche, el agua entra muy rápido, se ha puesto muy nervioso, la baliza quedó en el barco que se hundía y él a duras penas entró en la balsa con lo puesto... entonces el pronóstico no es tan halagüeño. Es posible que no lo cuente.

La probabilidad de choque con un contenedor a la deriva es muy baja. Realmente baja. Pero es una probabilidad real. Y a veces ocurre.

Esas personas responsables del diseño de los containers, o redactoras de las normas que rigen la construcción de los containers, que miran para otro lado cuando se habla de prever sistemas de seguridad que eviten que los contenedores marinos floten, esa personas son responsables de cada cierto tiempo ocurra una desgracia en alta mar. A veces naufragios. A veces naufragios y muertes.

Pero esto no ocurre en otros campos de la técnica.

Los coches, por ejemplo, incorporan multitud de sistemas que se instalan para no ser utilizados nunca. Las luces, los frenos, la ventilación, etc, son sistemas que se utilizan cada vez que te subes al coche. 

Pero los airbag (frontales, laterales, de rodillas, de espinillas, para peatones) están ahí con la esperanza de que no se activen nunca. Las zonas de deformación programada del chasis tampoco se deberían utilizar nunca. ¿Por qué? Pues porque los coches no se fabrican para chocarse con nada.

Pero como existe una pequeña probabilidad de que el coche sufra un grave accidente, se incorporan medidas de seguridad que palíen las consecuencias de esa eventualidad. 

La mayoría de los coches irá al desguace con los airbag intactos. Cientos de millones de euros se tiran cada año en el mundo en sistemas de seguridad que no se han utilizado. Pero esos sistemas salvan vidas. A veces ocurre que un coche tiene un grave accidente, y gracias al airbag y a las zonas de deformación los ocupantes salen con vida. Incluso salen ilesos. Todo el dinero gastado en investigación e implementación de los airbag y chasis avanzados cobra sentido en el momento en que se salvan vidas. Ese dinero está muy bien empleado.

Lo mismo pedimos para los contenedores marítimos. Ya sabemos que la probabilidad de chocar con uno es muy baja. Pero a veces ocurre. Y hay que evitarlo. 

Los contenedores marítimos no pueden quedar flotando: deben hundirse rápidamente.

Para terminar pondremos un testimonio de primera mano. Farncisco Jiménez nacido en Las Palmas en 1944, cuenta en su libro "Alegrías y desventuras de un navegante solitario", cómo colisionó en el Atlántico Norte con un contenedor a la deriva y cómo naufragó. El pudo contarlo. La improbable colisión, la casi imposible colisión con un contenedor, le tocó a él.


Puedes comprar aqui el libro y leer su testimonio.




jueves, 2 de mayo de 2013

QUÉ HACER PARA QUE LOS CONTAINERS NO FLOTEN



Parece mentira que a veces sea tan complicado mantener a flote un barco: se rompe un pasacascos, hay una avería en la bocina, y el barco se hunde en menos de una hora.

Sin embargo, los contenedores marinos aguantan muchas veces meses y meses flotando sin hundirse. Y ni son barcos, ni van tripulados, ni se han diseñado con el fin de flotar sin problema.

Pero hacer que se hundan, si desgraciadamente han caído al mar, es posible. Y no es caro. 


Fuente fotografía:

Contenedores AFS (Auto Flooding = Sinking)


Para que estos contenedores se hundan por sí solos, es suficiente con dotarles de unas válvulas de entrada de agua y de salida de aire. Unas simples válvulas cuyo coste es muy reducido, porque serían unas sencillas válvulas hidrostáticas, taradas para abrirse cuando se sumerjan a una profundidad determinada (por ejemplo 70 cms).

Habría que disponer las válvulas en zonas cercanas a las ocho esquinas del contenedor, para que en cualquier posición de flote del contenedor haya por lo menos una válvula sumergida.

Igual de importante que las válvulas de admisión de agua, serían las válvulas de salida de aire, ya que si no sale el aire del contenedor, difícilmente podrá entrar el agua.

La operativa es muy sencilla: 
- Si el contenedor cae al mar, es inundado a través de las válvulas;
- Al inundarse se aumenta el peso, y cuando ese peso es mayor que el desplazamiento de su volumen...
- Contenedor al fondo del mar!

El daño ecológico se produce en el momento en que el contenedor cae del barco al mar. Una vez ese mal ha ocurrido, lo que hay que procurar es que no se cobren vidas humanas. Hundir un contenedor flotante podrá ser mejor o peor para el medio ambiente que mantenerlo flotando de por vida, pero para los navegantes puede ser cuestión de vida o muerte. 

Unas sencillas válvulas pueden hacer que muchos de los contenedores que flotan durante meses, lo hagan solo durante unos minutos.

¿Y qué pasa con integridad de la carga si colocamos válvulas a los contenedores? Nada. Mientras el contenedor permanezca sobre el barco, o en un puerto, las válvulas hidrostáticas pueden estar perfectamente cerradas, con su junta de goma y lo que se quiera. Ni lluvia ni rociones de olas tienen por qué pasar a través de las válvulas. La carga puede respirar tranquila: estará seca siempre que el contenedor no se ponga a flotar.

¿Cuantos contenedores se comercializan con estas válvulas? Que yo sepa, ninguno. ¿Y por qué no les ponen este sistema a todos los contenedores? Pues no tengo ni idea: a lo mejor es por ahorrarse unos euros. Sin embargo en coches o ascensores, los euros gastados en seguridad van cada vez en aumento. Pero en los contenedores marítimos, nos acercamos más al siglo XIX que al XXI: una vergüenza. Los navegantes tendríamos que movernos y conseguir que se cambie la legislación.

Comentar también que hay quien confunde los respiraderos estáticos que llevan muchos contenedores, con un sistema de válvulas hidrostáticas para auto hundimiento. No tiene nada que ver. De hecho los contenedores con aireadores pueden flotar exactamente igual que los que no los llevan. No se confundan.


Contenedores AFF (Auto Flooding = Floating)

Vale. Pero, ¿y los contenedores que siguen flotando aunque se procure su inundación?

Es cierto que hay contenedores que no son capaces de hundirse, por muchas válvulas de entrada de agua y de salida de aire que se le pongan. Los los contenedores que denominamos AFF: aunque se inunden... flotan!

¿Y no se podría encontrar una solución, también para estos contenedores? Pues sí, se podría.

Vale, ¿y que diferentes propuestas tienen los distintos fabricantes para estos contenedores? Pues la respuesta es: ninguna.

Ningún fabricante tiene estudiado ningún sistema para hacer que se hundan los contenedores AFF.

Pero para eso estamos nosotros aquí: para dar propuestas!!! Hay que estrujarse el coco, y buscar una solución que sea:

- segura
- sencilla
- económica

Vamos a ver qué se nos ocurre. Mi opinión la daré otro día.

jueves, 18 de abril de 2013

DISTINTAS SOLUCIONES PARA DIFERENTES CONTENEDORES



Los contenedores EPIRB se deben intentar rescatar por todos los medios. 

Hoy día, no hay problema para que las balizas satelitarias que indican la situación del contenedor estén provistas de baterías de larga duración. Si realmente la carga de esos contenedores es muy dañina para el medio ambiente, se justificará el empleo de los medios que hagan falta para que finalmente esos contenedores se rescaten.

Solo hace falta establecer la obligatoriedad de que los contenedores "peligrosos" incorporen un sistema EPIRB similar al que llevan la gran mayoría de los barcos que circulan por los mares.

Sin embargo, lo que es lógico y razonable para el pequeño porcentaje de contenedores que transportan sustancias peligrosas, se hace impensable para cada uno de los millones de contenedores "estandar" que circulan por ahí. No se les puede dotar a todos de un sistema de balizamiento.

En primer lugar, porque el coste económico sería muy elevado y difícilmente asumible por el mercado.

Y en segundo lugar, porque sería muy dudosa su eficacia, ya que el coste de ir a rescatar un contenedor lleno de macetas o de material de ferretería, sería mucho mayor que el propio valor de la carga: nadie fletaría un buque para perder dinero en el rescate.

Por lo tanto, todos esos contenedores que nadie va a ir a buscar están destinados al abandono: a flotar sin descanso hasta que poco a poco se inunden y hundan, o a navegar sin control hasta tocar tierra firme, al cabo de meses o años.

Permitir que queden flotando durante meses y meses, constituye un gravísimo peligro para la navegación. Bastantes peligros nos podemos encontrar navegando, como para añadir un peligro perfectamente evitable.


Por eso, hay que procurar que los contenedores que no constituyan un peligro para el medio ambiente, se hundan  rápidamente.


Cualquiera que se detenga a analizar las profusas y exhaustivas medidas de seguridad que rodean cualquier actividad del primer mundo, no podrá menos que sorprenderse al descubrir que un elemento de transporte que se cuenta por centenas de millones, no dispone NINGUNA medida de seguridad para evitar que cause accidentes si cae al mar.

Nada. Niente. Cero. Nothing. Rien de rien. 

Si un contenedor cae al mar y tienes la suerte de que se cruce en el camino de tu barco de fibra, lo tienes crudo: el contenedor ni se inmuta. Te podrá hundir o dejar muy dañado tu barco, y luego seguirá flotando.

¿Es posible que los constructores de contenedores no hayan previsto NINGUNA medida de seguridad para la navegación, para el improbable caso (improbable son 10.000 al año) de que un contenedor caiga al mar?

Sí. Sí es posible. Vamos, que es así: los contenedores estandar no tienen previsto sistema alguno para evitar colisiones con barcos, en caso de caer al mar.

¿Y qué sistema tendrían que llevar los contenedores para evitar choques con barcos? Pues podrían llevar muy diversos y variopintos sistemas, aunque el único sistema realmente eficaz es: 

- que no se produzcan choques

- y para ello no deben de poder coincidir en el mismo punto un contenedor y un barco

- y como los barcos flotan sobre el agua, los contenedores caídos no deben flotar...

...ergo...

LOS CONTENEDORES CAÍDOS AL MAR DEBEN HUNDIRSE EN EL MENOR PLAZO POSIBLE!!!



Esto puede parecer de perogrullo, pero no es así. No es así, porque ningún contenedor lleva un sistema de auto hundimiento.

¿Y es muy complicado dotar a los contenedores de un sistema que permita su hundimiento en caso de caer al mar?

No. No es complicado.

¿Y es muy caro?

No. No es muy caro.

¿Y por qué no llevan los contenedores ese sistema?

No tengo ni puñetera idea.

¿Será que nadie se ha puesto a pensar en cómo auto-hundir un contenedor? Yo sí lo he pensado, y mañana se lo cuento.

   

miércoles, 17 de abril de 2013

¿CAFE CON LECHE PARA TODOS?


En el asunto de los contenedores marítimos, como en tantas otras cosas, generalizar puede conducir a fracasar.

La solución al problema de seguridad que originan los contenedores marítimos, que por la causa que sea han caído al mar, no está en implementar una única norma o solución. El punto final al que se debe llegar está claro: no más contenedores flotando a la deriva. Pero las medidas a tomar son muy diversas.


Lo primero -y este es el punto en el que más habría que incidir- sería evitar que los contenedores puedan caer al mar. Ya sé que los sistemas de anclaje son sólidos, que los operarios que manipulan, apilan y sujetan los contenedores sobre las cubiertas están formados y saben lo que hacen; ya sé que siempre ponen los contenedores más pesados en las partes inferiores y los menos pesados en las partes superiores...

¿O me equivoco?




No puede ser que tantos contenedores acaben cada año en los océanos. Algo se está haciendo mal. Hace falta más control. Hace falta más cualificación en los operarios. Hay que revisar los límites de apilamiento de contenedores. Hay que revisar la seguridad real de los anclajes.

Y todo eso hay que revisarlo para que resistan olas de 15 metros de altura.

Seguro que algo más se puede hacer en materia preventiva.  

En segundo lugar, hay que tener en cuenta que son muchos y variados los tipos de contenedores que transportan los barcos. Y sobre todo, es muy variada la naturaleza de la mercancía que transportan.

Desde el punto de vista que nos interesa, los contenedores, así como las mercancías o cargas que se transportan se podrían dividir de dos maneras diferentes:

- División desde el punto de vista de la flotabilidad.

- División desde el punto de vista de la peligrosidad para el medio ambiente de la carga.

La división desde el punto de vista de la flotabilidad viene a cuento porque un contenedor cargado de corcho jamás llegará a hundirse. A no ser que deje estar cargado de corcho... 

Según esta perspectiva convendría dividir los contenedores en dos tipos:

Contenedores AFS (Auto Flooding = Sinking)
En pocas palabras: estos serían los contenedores que si llegan a inundarse totalmente, son capaces de hundirse. 


Contenedores AFF (Auto Flooding = Floating)
Estos serían los contenedores que aunque lleguen a inundarse totalmente, seguirían flotando sin hundirse totalmente. 


La división según el punto de vista de la peligrosidad para el medio ambiente nos clasificaría los contenedores en dos tipos:

Contenedores EPIRB
Los contenedores que pueden causar un grave daño al medio ambiente, deberían estar todos bajo el sistema GMDSS que llevan todos los grandes barcos, de modo que si caen al mar se activara la baliza EPIRB que identifica la posición exacta del contenedor así como sus características y carga que transporta. Habría que establecer también la obligatoriedad de proceder a su rescate.


Contenedores no-EPIRB
Lógicamente serían todos los contenedores que no llevan baliza de posicionamiento.



Una vez clasificados los contenedores, ya podemos ponernos a plantear soluciones.

Soluciones diferentes para contenedores diferentes.

martes, 16 de abril de 2013

NO MORE FLOATING CONTAINERS


De vez en cuando te encuentras en la prensa con la noticia de que un pesquero se ha hundido tras chocar contra “algo” en alta mar, o de que un velero que da la vuelta al mundo ha perdido la quilla tras un impacto con un ofni en medio del océano.


El resultado de estos accidentes suele ser en muchos casos la pérdida del barco. Lamentablemente, a veces también se cobran vidas humanas.



Se denomina “ofni” a los “objetos flotantes no identificados”. Hay mucha basura flotando en el mar, y además están los troncos árboles flotantes, así como grandes cetáceos durmiendo. En las regiones polares también te puedes encontrar icebergs a la deriva, así como glowers (hielos menores flotando entre dos aguas) que son más difíciles de apreciar.


Muchos de esos ofnis no tienen un origen en la actividad humana (cetáceos, hielos), y se hace imposible su control.

Sin embargo, es sabido que cada año caen al mar desde los barcos portacontenedores más de 10.000 contenedores marítimos. La mayoría de estos contenedores son de acero corten, pesan hasta 32 toneladas y disponen de 8 agudas esquinas.

No hay nada más peligroso con lo que chocarse en el mar: una esquina de acero respaldada por 32.000 kgs.

Una ballena no es de acero ni tiene esas aristas.

Un tronco flotante no pesa 32 toneladas.

Un glower no te lo sueles encontrar en Cabo Verde o en el Cantábrico.

¿Y por qué flotan los contenedores? Pues porque los volúmenes exteriores de los contenedores son mayores que sus pesos máximos autorizados. Un contenedor de 40 pies high cube tiene un volumen de 85 m3 y su peso máximo autorizado es de sólo 32,5 Tn. Es decir: para hundirse debería pesar 86 Tn, y no llega ni a 33 Tn, por lo que flota sin remedio. El caso de los contenedores de 20 pies es algo menos llamativo, pero ocurre lo mismo: el volumen exterior es de 38 m3 y pesa un máximo de 32 Tn: le "faltan" 6 Tn de peso para hundirse. Y como los contenedores son muy estancos al agua, pueden estar meses o años flotando sin control.

Es por ello que desde hace casi 60 años en que comenzó a usarse el contenedor marítimo, han venido ocurriendo fatales accidentes.

En esos mismos 60 años las medidas de seguridad en automóviles, aviones, edificios, túneles o ascensores, han crecido de modo vertiginoso. Los hombres hemos sabido y hemos querido protegernos a nosotros mismos de los peligros que entraña la velocidad (en un coche), la altura (en un ascensor) o el aislamiento (en un tunel).

En algunos paises el tema de la seguridad es casi enfermizo. No hay aparato eléctrico por sencillo y básico que sea, que no venga acompañado de diez páginas de normas de seguridad. Se llega al absurdo de leer que no debes sumergir en agua el secador de pelo o la tostadora. Me imagino que las compañías pondrán todas esas advertencias para que nadie pueda reclamarles en caso de electrocución por secarse el pelo metido en la bañera.

Todo esto está muy bien pero… ¿qué medidas de seguridad tiene un contenedor, para el caso de que caiga al mar y se pierda?

Ninguna. Absurdo, pero así es.

Hay cientos de millones de contenedores sobre las cubiertas de los barcos, navegando constantemente por todos los mares del mundo, y resulta que todos los años unos miles de ellos (no vamos a discutir si son 4.000, 10.000 o 15.000) caen al mar, y quedan flotando bastante tiempo… y resulta que no hay contemplada NINGUNA MEDIDA para evitar el peligro que eso supone para los pequeños y medianos barcos de pesca y recreo.

Pues yo lo veo muy absurdo, porque ¿tan difícil es evitar ese peligro? ¿Es acaso muy costoso?

No. No lo es. Lo que hace falta es una voluntad de cambio, unas medidas obligatorias y una puesta al día de ese elemental medio de trasporte que es el container.